viernes, 9 de junio de 2023

MI DIARIO es una puta mierda. Trato de leerlo y me aburre muchísimo. Quizá debería escribir in medias res, sin presentaciones ni avisos que prevengan al lector, o cambiar mi lenguaje cartesiano por otro donde haga derrapar a las palabras hasta que incurran en solecismo.

También tengo que eliminar de mi escritura los "pero", "sin embargo", "por otra parte", "no obstante", las malditas rodillas del idioma, que son terminachos que le hacen perder violencia y velocidad a mis textos. Es mejor escribir cinco entradas contradictorias entre ellas pero llenas de veneno, que escribir una sola coherente donde haga una afirmación y luego la matice o la llene de afluentes.

Parece mentira que con una vida tan caótica y antisocial como la mía no haya sido capaz de construir una prosa con un mínimo de temblor y tarántula. Llevo quince años en Madrid y aún no he aprendido a escribir. Menos mal que todavía tengo restos del virus en la cabeza y siento un poco de compasión por mí, porque de lo contrario esta noche de lo único que tendría ganas es de darme una paliza.