viernes, 22 de agosto de 2025


EL DIARIO quizá sea uno de los mayores mejoradores humanos que existen. Goethe: "Yo no respeto a la persona que no lleva un diario".

No solo porque da valor a tu acontecer cotidiano y te sirve como agradecimiento de esta aventura de vivir, sino porque el diario te para los pies cuando quieres mentirte a ti misma. Las personas cambian mucho y a menudo se vuelven justo lo contrario de lo que fueron, sobre todo a la hora de valorar a la familia o los amigos, o de mantener sus opiniones políticas. Pasados unos años, ya ni recuerdan la opinión positiva que le merecía antaño Mengano, o que entonces eran giliprogres y ahora se han hecho fachas (el cambio contrario es más raro). Sin embargo, si llevas un diario y lees sus capítulos atrasados al menos una vez cada año, te das cuenta de tu hipocresía enseguida. ¿Cómo? ¿Aquel gilipollas me caía bien? ¿Es verdad que yo participé en el 15M? ¡Cómo me pudo gustar aquel libro hace veinte años!

Y a la luz de tus cambios asombrosos, que solo son asombrosos si los tienes apuntados en algún sitio, pues la conciencia es tal magnífica engañadora que te hace creer que tus valoraciones del presente son así desde el Imperio Romano, aprendes a considerarte con otros ojos, descubres tus errores oceánicos, te lamentas de tus vanidades inacabables y empiezas a tomarte la vida de otra forma, menos fanática, más despaciosa, con más sentido del humor.