QUE LO mejor que haya escrito en mi vida sean los poemas de amor a Iratxe y Natalia, que los escribí casi como en broma, y que en cambio la obra política donde lo di todo se me haga hoy insufrible, es algo que me desazona. Quizá el problema sea que uno escribe rígido cuando escribe en político y en cambio se relaja cuando escribe de amor. Hace tiempo leí este texto de Konrad Lorenz que va en ese sentido:
Una y otra vez me ha conmovido profundamente constatar que el pájaro cantor logra su máximo rendimiento artístico en la misma situación biológica y en el mismo estado de ánimo que el ser humano, a saber, cuando produce juguetonamente y, por decirlo así, alejado de la seriedad de la vida.