viernes, 29 de septiembre de 2023


AL ESCRITOR el tiempo le vuela. No padece, no sufre, la jornada no se le hace pesada porque siempre necesita más tiempo. A mí doce horas no me cunden nada, tampoco catorce, ni siquiera dieciséis; para que el día me cundiera algo necesitaría una jornada de cincuenta horas o de cien o de mil.